Lectores:

Les presento aquí pequeñas columnas que nacen de sucesos, al principio insignificantes, que se encargan de relatar mis sensaciones, ideas, experiencias y pensamientos.

lunes, 19 de diciembre de 2011

LA FELICIDAD DE MI HERMANO

No era Calle 13, como lo era para muchos, era mi hermano.

Todos anhelaban el momento, Calle 13 se presentaba el martes 6 de diciembre en la Feria de Ganado para celebrar los 14 años de Telemedellín. Los tumultos y la lluvia no impidieron que cientos de personas se reunieran en un mismo lugar para escuchar la vibra polémica de un cantante polémico como Calle 13.

Ahí, en medio del tumulto y la lluvia estábamos mi hermano y yo. No soy amante de Calle 13, como no soy amante de otra agrupación o cantante, me gusta la música, pero no me apasiona. Había otro motivo que me llevó a estar en ese lugar, la pasión por la música que sí tiene mi hermano.

Su guitarra es el gran amor de su vida, la melodía es su inspiración y las letras de sus canciones sus mejores amigos. Sé de su pasión como sé de las mías y nada me hacía más feliz que verlo gritando y saltando al ritmo de ese canto polémico. Su mirada era otra, no la reconocía, sin que él se diera cuenta vigilaba sus movimientos y sus gestos, ellos me decían que estaba feliz, extasiado, abstraído.

Me sentía plena y feliz, no por el concierto, aunque estuvo excelente lo acepto, era la felicidad de mi hermano la que me hacía sentir satisfecha. Me siento orgullosa de él, porque tiene sueños y pasiones, porque vive por su música, la siente y lo eriza cada vez que toca con su guitarra notas que para mí son imposibles pero para él son el aire en sus pulmones, la sangre en sus venas, el anhelo de su vida.

Muchos han dicho que vivieron el mejor concierto, yo puedo decir que en medio de un concierto de Calle 13 entendí la gran pasión de mi hermano hacia la música y vi en su mirada las ilusiones y los sueños que en un futuro, estoy más que segura, lo harán feliz.

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